El combustible para el transporte vehicular, de carga y pasajeros
Las propiedades físico-químicas del metano hacen de este gas un excelente combustible, debido a su bajo índice de contaminación atmosférica, y al bajo impacto acústico de los motores. En forma de gas natural comprimido (GNC), el metano se utiliza en numerosas experiencias que han demostrado su viabilidad como alternativa a los combustibles fósiles tradicionales.
En la Argentina, ya circulan más de un millón y medio de vehículos impulsados con GNC, que podrían producir hasta un 50% menos de emisiones de CO2 y un 80% menos de óxidos de nitrógeno (NOx) que los vehículos accionados por nafta o gasolina y no emiten plomo, azufre ni compuestos aromáticos.
Asimismo, nuestro país cuenta con más de 2.000 estaciones de carga de GNV. Las flotas de autobuses de ciudades como Buenos Aires, Mendoza, Rosario, Córdoba, entre otras, ya disponen de unidades impulsadas con gas natural, hecho que ha contribuido a reducir las emisiones de gases contaminantes de estos vehículos en el ámbito urbano.
Algunos vehículos particulares, de transporte de pasajeros y de carga pueden ser modificados para funcionar con Gas Natural Comprimido (GNC).
Para ello, se instala un equipo especial que permite almacenar y suministrar este combustible al motor.
El gráfico muestra los principales componentes de este sistema, como el cilindro donde se guarda el gas, las válvulas de seguridad, la tubería de alta presión y el reductor que adapta el gas para que el motor pueda utilizarlo. Esta tecnología ayuda a reducir costos de combustible y a disminuir el impacto ambiental del transporte.