La distribución del gas y su utilización en el hogar
Cuando el gas llega a las ciudades a través de los gasoductos de transporte, es inyectado o derivado a las redes de distribución locales, para que llegue hasta los puntos donde se aprovechará su energía calorífica.
La red de distribución de gas consiste en un conjunto de tuberías interconectadas por donde el gas circula a presión. A medida que esas cañerías se acercan al usuario, el diámetro de los caños se hace más pequeño.
Entonces, a medida que el gas cambia de una tubería principal a una secundaria, la presión a la que avanza también se reduce, a fin de adaptarse a las características de la cañería por la que se transmite ese gas. Ese proceso de adaptación se realiza en «Plantas Reguladoras», que son un conjunto de aparatos —filtros, reguladores, contadores, manómetros— instalados en la superficie o en cámaras subterráneas.
Estas cañerías se encuentran enterradas bajo las calles de una ciudad y llegan a cada casa o edificio.
El gas es distribuido por estas cañerías que, luego de pasar por un “medidor”, se conecta con cada uno de nuestros hogares, y así es como llega a diferentes artefactos a gas, desde cocinas y calefones hasta estufas.
Gracias a este recurso, podemos cocinar nuestros alimentos, calentar el agua y mantener nuestros espacios calefaccionados durante el invierno.
Incluso el gas natural es un combustible que se utiliza para la generación eléctrica, ya que tiene un mejor rendimiento energético y un menor impacto ambiental que otros combustibles fósiles.
En Argentina hay 9 empresas licenciatarias de distribución y más de 60 subdistribuidoras que llegan a más de 9 millones de hogares.
¿Cómo llega el gas a mi hogar si no hay red de gas natural en mi ciudad?
En algunas ciudades todavía no hay redes de gas natural. Pero eso no significa que no puedas tener gas en tu casa. En esos casos, se utiliza gas envasado, que puede ser en garrafas o en tubos grandes llamados “cilindros” o “zeppelines”.
El gas que viene envasado se llama GLP (Gas Licuado de Petróleo). Este gas se almacena en estado líquido dentro de los envases y, cuando lo usás, sale en forma de gas para que puedas cocinar, calentar agua o calefaccionar tu hogar, igual que el gas natural.
Las garrafas y los cilindros se compran en comercios. Es importante que siempre un adulto se encargue de manipularlos y conectarlos correctamente, para usarlos de manera segura.
Así, aunque no tengas red de gas natural, podés contar con gas en tu hogar y aprovechar sus beneficios.